Un auténtico alivioLas placas vitrocerámicas son muy fáciles de limpiar. Gracias a la superficie lisa, las salpicaduras y otros restos de suciedad se eliminan de forma rápida y sencilla. Esto resulta particularmente fácil en las placas de inducción, ya que su superficie se mantiene relativamente fría y es prácticamente imposible que los alimentos se incrusten.