Tarta flambeada: el manjar crujiente de Alsacia
Tarta flambeada: el manjar crujiente de Alsacia
Al comienzo de la temporada vinícola, cuando se sirven los primeros vinos jóvenes, este clásico plato alsaciano es una opción muy popular en los festivales de vino de la región, al igual que en regiones vecinas, como el Palatinado y Baden.
Una lámina de masa con levadura lo más fina posible, cubierta de jamón, cebolla y crema agria: es todo lo que se necesita para elaborar este clásico plato crujiente al horno. Antiguamente, la tarta flambeada (conocida en alemán como Flammkuchen o, dependiendo de la región, como Flammekueche o Hitzkuchen) se solía hornear en el horno de leña antes que el pan. De esta forma, era posible utilizar el calor inicial, mientras ardía el carbón y se producían llamas (de donde proviene el nombre “Flammkuchen”, traducido literalmente como “tarta de llamas”). Además, permitía estimar con más facilidad la temperatura del horno. Si la tarta flambeada se horneaba con rapidez significaba que era preciso esperar a que el horno se enfriara un poco antes de cocer el pan. Si tardaba en hornearse significaba que el horno debía adquirir una mayor temperatura.
Aquellos que deseen probar otras variedades distintas del clásico alsaciano pueden elegir sus propios ingredientes. El queso de oveja y cabra añade un toque sofisticado, mientras que las hojas de romero, el tomate picado (sin semillas), las aceitunas, el queso de cabra y un poco de miel aportan un toque mediterráneo. El jamón se puede sustituir por champiñón laminado y otros condimentos adicionales, como crema agria o queso Quark. Las manzanas o peras con canela son los ingredientes perfectos para una tarta flambeada dulce, si bien también se pueden añadir frutas estivales, como las fresas y el ruibarbo; para elaborar una tarta flambeada, las posibilidades son (prácticamente) ilimitadas. En nuestra receta hemos prescindido de la levadura.
Texto: Regine Smith-Thyme
Tarta flambeada
4 porciones
2 cucharadas de aceite de colza (30 g), 175 g de harina de trigo y un poco de harina para la superficie de trabajo (harina blanca), 75 g de harina de espelta, sal, 120 g de queso Quark normal (40% de grasa), 120 g de nata fresca, pimienta negra molida, nuez moscada (recién molida), 80 g de beicon (en rodajas finas), 1 cebolla grande (150 g, blanca o roja), 1 manojo de cebollino (cortado en tiras finas), además de film transparente, papel de hornear
- Batir el aceite con 100 ml de agua. Mezclar los dos tipos de harina, 1 cucharadita de sal y el aceite-agua en un recipiente utilizando las aspas de amasar de la batidora manual. A continuación, amasar a fondo con las manos, formar una bola, envolverla en film transparente y dejar reposar durante 1 hora.
- Mientras tanto, mezclar el queso Quark y la nata fresca con las especias. Cortar las lonchas de beicon en tiras finas y la cebolla en trozos pequeños.
- Pre-calentar el horno y dos bandejas de horno (en los niveles 1 y 3).
- Programar: 250 °C/ventilador (preferiblemente)
- Dividir la masa en 4 porciones de unos 95 g. Utilizando un rodillo y una superficie de trabajo ligeramente enharinada, extender cada porción en una lámina de 30 cm de largo, ovalada y muy fina (con el fin de que adquiera un aspecto agradable y crujiente en el horno). Colocar dos láminas de masa en cada hoja de papel de hornear. Repartir la mezcla de queso Quark entre las 4 láminas de masa y extenderla, dejando libre un dedo de anchura en los bordes. A continuación, distribuir los trozos de cebolla y las tiras de beicon sobre la masa. Colocar las hojas de papel de hornear con las tartas flambeadas en las bandejas precalentadas del horno. Reducir la temperatura. Programar: 220 °C/7-9 minutos.
- Espolvorear el cebollino picado sobre las tartas flambeadas una vez horneadas y servir de inmediato.
Consejos:
- Si el relleno tiene una mayor humedad, como es el caso de las hortalizas, se debe reducir la temperatura ligeramente y hornear durante algo más de tiempo.
- Se puede reemplazar el cebollino por hojas de rúcula, albahaca, apio o acedera.
- Truco práctico: estirar las bases de masa, disponerlas individualmente en hojas de papel de hornear de un tamaño adecuado, envolverlas en film transparente y congelarlas. Las bases de masa se descongelan en pocos minutos, mientras se precalienta el horno y se añaden los ingredientes.